martes, 10 de mayo de 2022

Se dice que la vida debe tener altas y bajas. Creo que no— la felicidad puede ser perpetua, o bien, abarcar mayor duración que la frustración.

Imaginemos que nuestro día estuvo repleto de risas, sonrisas de deveras. Imaginemos que el único ruido en nuestra frecuencia mental fue el de decidir qué nos haría más feliz— sin fracaso como opción.

Deberíamos llorar de felicidad.