El silencio es un escenario de libertad. Un campo abierto, extenso, donde los únicos sonidos son los de mis ideas flotando en el aire. Como globos con helio, puede que vuelen muchas, a lo mejor inconexas. Depende de mí tomar las que más
sienta deba tener en ese instante — aquellas que mi Ser necesite mantener y no se vuelvan a perder en el infinito hasta que el azar vuelva a fijarlas conmigo.