Tengo cosas que decir, pero creo que, a veces, intento forzar su salida cuando ni siquiera las ha digerido mi mente a plenitud. La paciencia es hermosa, a veces se me olvida.
A veces se me escapa la realidad y vuelvo a caer en este juego contemporáneo llamado "normalidad"— fugacidad, superficialidad, necesidad y utilitarismo. La vida no es una carrera ni tampoco una competencia, pero algunas personas darían su misma vida por defenderla como tal. Me alegra no ser parte de ellos.