sábado, 9 de diciembre de 2023



 La vida no tiene sentido si no parte del amor. 


Los templos son verdaderos espacios de tranquilidad, fuera del terrible bullicio que es el exterior. Le tomo foto a lo que creo que me importa, como para decir que “sí, aquí estuve”.


Las lágrimas simplemente me salen, por más que intente razonar su aparición… Imposible—mi cuerpo así se siente. Comencé a llorar al imaginarme acompañando a mi mamá a una misa. Ninguno es creyente, pero este espacio sagrado nos haría bien… Tranquilidad y paz.


Me pongo a pensar: ¿Cuántos problemas le habré hecho pasar? No me portaba mal… Sólo no entendía… ¡Estándares! ¡Reglas! Perdón, nunca las pude seguir.


Lo admito, puede que no sea del todo normal… ¡Pero tampoco anormal! Sólo distinto… Muy distinto.


Me doy cuenta que toda mi vida ha sido un constante cambio de disfraces, pero ninguno me ha quedado—¡simplemente no puedo tomar un Personaje! Y eso me hace uno… Porque todos inevitablemente debemos tomar uno—es así el Teatro social.


El Personaje de mí mismo, un v •ó• r t ï c ë que se alimenta a sí mismo. Eso es lo que soy, un cuento de nunca acabar. Y me gusta, porque no encuentro más diversión que retorcer mis propias expectativas. ¡Sí! ¡Es este quien de verdad soy! ¡Sí! ¡Lo siento! ¡Me tardé en admitirlo!


Pero la infinidad se vuelve aburrida si la vives tan sólo por tu cuenta. Si el azar me hizo partir de bases peculiares, ¿es que nadie más oscila en mi misma frecuencia? Sí, pero no ha habido completo empalme…


Me asomé adentro de la caja, y vi al gato ni muerto ni vivo… Es como uno cae a la locura. Es precario transitar entre lo cuerdo y lo insano, pero este es el panorama completo de la vida, la condición humana…


Y escribo todo esta dentro de la mismísima casa de los más locos, de Dios y sus peregrinos…


De entre todas las ilusiones humanas, el amor parece ser lo más cuerdo…


!Shh! ¡S I L E N C I O ! La  Gran Obra está por comenzar…