martes, 5 de abril de 2022

 He comenzado a notar una proliferación en archivistas: personas que dedican su tiempo a buscar y guardar información del pasado para mantenerla ahora y por siempre.

Creo que tiene mucha relación con la hauntología. Siento que la saturación moderna se ha bifurcado en dos cauces:

  1. El hiperreal.
  2. El archivista.
No trato de encontrar nombres oficiales, pero me sirven para darme a explicar.

Están los hiperreales que se han inmerso en el mundo hiperreal, falso de publicidad, ideas y productos reciclados y sueños platónicos imprácticos.

Y los archivistas, quienes se acercan al pasado a buscar, cansados de lo mismo, en cierto sentido, "novedad" real— ideas prácticas, tangibles, cuyo propio valor de interés para alguien tras tantos años comprueba su atemporalidad.

Sin duda la civilización está transitando a nuevas posibilidades de conciencia e interacción. Creo que los hiperreales prefieren estancarse por comodidad en su perpetuo presente, el "fin de la historia". En cambio, los archivistas redescubren para descubrir un futuro— progresan. 

¿Qué ideas estarán ocultas entre las ruinas del pasado que en su tiempo tenía futuro? ¿Cuáles nos podrán servir ahora mismo?

Por eso mismo he comenzado a archivar mi información que considero digna de persistir también.