Las muertes de personas que, si bien no fui "amigo" o siquiera cercanos, pero sí conviví amenamente alguna vez con ellas, cimbran en mi la noción de mi propio actuar y propia vida. Siento ese vacío, real, a diferencia del olvido que es artificial. Me recuerda que la vida es,
puede ser simple, pero la complejizamos tanto por medio de nuestro lenguaje y las relaciones (sociales) que formamos a través de el.
Intentemos siempre sonreír, brillar en conjunto en esta oscuridad de sociedad que vivimos.
El que comparte siempre se lleva la mejor parte.