miércoles, 20 de octubre de 2021

La personalidad no es un absoluto

¿Hay alguien inherentemente malo? ¿Inherentemente grosero? ¿Egoísta? ¿Feliz? ¿Sabio? Creo que todo comportamiento emerge de factores discretos que se acumulan en "ser" lo que somos. 

Somos un reflejo de dónde  y cómo vivimos. 

Continuamente nuestro cerebro recibe datos exógenos que alteran su neuroquímica, y ésta nuestras emociones. El cerebro, en su plasticidad, combinándolo con ideologías, cree que "así es la vida, ni modo", sin saber que nuestro verdadero estado basal es la tranquilidad: El no-estrés. No estrés, que a su vez fomenta la creación, provocando el bienestar de concentrarse en una sola cosa (entrar en "la zona, el trance" de creación, como el sexo (y por éso nos gusta tanto, porque nos concentramos en una sola cosa)). 

Ahora, si hay algo verdaderamente inherente en el humano es la necesidad de ser reconocido por el Otro. En nuestras ilusiones hemos creado innumerables herramientas para ser reconocidos: dinero (o compra tranquilidad o compra reconocimiento (nunca ambas porque la necesidad de ser reconocido trae consigo el miedo de no serlo), gobiernos (de democracias a dictaduras), redes sociales (obviamente), arte, etc. Los primeros ejemplos son maneras inestables de ser reconocido. El arte, en cambio, es una de las más saludables ya que satisface nuestra adicción por la concentración (todos se sienten bien cuando están en "la zona") y de reconocimiento. Por éso es que fomento tanto el arte, y es de los pocos actos que verdaderamente traerían paz a la humanidad. Aquellos que se consideran "no artísticos" se mienten a sí mismos: todos tienen la capacidad, pero cierto sistema les hace creer que no, que su única razón (y casi obligación) de vivir es la de trabajar.

Por éso mantengo en primer plano mental la creación y el compartir, evitando que se ahogue en las obligaciones impuestas por el sistema (que un sistema como el Ingreso Básico Universal podría ayudarnos a minimizar el estrés).

El silencio del mar nos provoca sentimientos de sosiego. En cambio las ciudades siendo estridentes, de reacción. Nuestro arte refleja nuestro estado mental, y nuestro estado mental reflejan los lugares donde vivimos y sus características.

La personalidad no es un atributo absoluto; se modula a lo largo de la vida. Se reformula a cada instante, y emerge al contacto con el Otro... Porque ¿qué personalidad tenemos cuando estamos solos? Quienes no modulan su personalidad es por miedo a ya no ser reconocidos por lo que los hace "únicos" (el callado, el mamón, el listo, trabajador); miedo a no-ser lo que son para Otros, y ésa es una vida llana. Una vida rica es aquella que salta entre todo el espectro de lo que somos capaces, siempre y cuando no dañe a Otros, hilando historias, situaciones, atmósferas adecuadas para cada momento de nuestra vida. Ésa es una vida bien vivida.