lunes, 23 de octubre de 2023

Eterno mar de oscuridad

 El subconsciente es la noche de nuestra mente—está oscuro, no podemos transitarla fácilmente, pero existe, y dentro de ella hay muchas entidades ocultas que están, y no lo sabemos, así como infinidad de estrellas. 

Debo tener sumo cuidado con lo que digo, cómo lo digo; qué hago y cómo lo hago. Toda acción queda grabada allí, e, inevitablemente, modula nuestro actuar consciente, tanto el mío como de quienes me perciben. Toda acción, toda palabra, todo movimiento corporal se registra y recrea un modelo, filtrado por las experiencias, de "quiénes somos" en El Otro. No por nada una ligera sonrisa y tenue mirada lasciva puede explotar nuestras sensaciones, y entre más intensa dicha sensación, más profunda la huella, que, a veces, se vuelve imborrable. Es lo que un artista debería provocar.

¿Y qué impronta quisiera dejar yo? Pues, entra la pregunta, ¿quién soy yo? ¿Qué acciones hago yo que me definen como "yo"? Me sigue siendo difícil encontrar una respuesta concreta, pero se me ha hecho mucho más fácil decir ¡QUIÉN << NO >> SOY YO! ¿Y quién no soy yo? Tampoco lo podría desglosar en palabras porque serían muchas—prefiero delegarle la explicación a las sensaciones corporales:

¿Qué siento cuando alguien se enamora de mí? Ese soy yo. 

¿Qué siento cuando alguien disfruta de mi compañía? Ese soy yo. 

¿Qué siento cuando alguien está triste o enojado conmigo? Ese no soy yo.

Soy la persona más normal del mundo, porque siento igual que tú—todos sentimos igual, pero lo pensamos diferente.

Es verdad que los sueños son un portal hacia'quel mundo. Si alguien sueña conmigo, ¡ojalá sea algo hermoso, genuino, profundo! Porque eso quiero ser estando despierto—quiero ser el paralelo a un sueño digno de recordarse. Y es tan fácil lograrlo: Ser una constelación brillante en la mente de otro... Sólo se necesita actuar desde la honestidad, el amor y la comprensión, porque, por más inflados que estén los egos, todos somos iguales y todos anhelamos lo mismo.