Creo que's buena idea sentarse de vez en cuando en familia y preguntarse "¿qué es lo peor que nos podría pasar ahora?"—verdaderos, inimaginables siniestros. Creo que al hacerlo se fortalecen los lazos de comunicación e ideas y, sobre todo, encontrar maneras de prevenirlo.
Confrontarse con lo incómodo es parte del tao a la felicidad—por eso la gente cerrada suele ser la más amargada e ilusa que conozco.