“La obra de arte en el futuro será anónima y práctica, creadora de todo para todos. Nadie dejará de participar en la invención de la belleza: nuevos materiales (plásticos y constructivos) y nuevos modos de percibir el espacio y el tiempo ampliarán hasta lo inimaginable el número de géneros artísticos y, por ende, las posibilidades creadoras de todos los seres humanos. […] El arte será una permanente afirmación de esos valores [de comunión] y, por ello, uno de los más efectivos lubricantes de la tensión revolucionaria de la humanidad”.