miércoles, 23 de junio de 2021

El lenguaje es algebraico

Tuve'ste pensamiento hace unos minutos. Escuchando Pink Floyd tocando desde'l lado oscuro de la Luna. Tras el apaciguamiento de mi desborde psicótico cuyo inicio fue hace más de una semana, he recobrado la capacidad de requisar mi comportamiento a nivel lógico-bloque. Comienza a cansarme esta analogía, pero descubro que mi equilibrio emocional tiene como base una acumulación de bloques de Lego cuyo cimiento está a mi alcance para analizarlo. Puedo irme hacia'trás en el tiempo estudiando granularmente cada fragmento de mi consciente-presente que emane alta radiación emotiva (¿qué arrojó el cerillo— que roció la gasolina?) y, arqueológicamente, reconstruir el motivo de mi acto.

 Debo disculpas.

Por ejemplo, tras leer ese párrafo me doy cuenta que, ahora mismo, estoy en un estado de alta captación de patrones ya que puedo entender y mimetizar inconscientemente algún patrón que éste mismo haya reconocido. Todo sin saberlo. Tal vez por éso luego se me da que algunos párrafos que escribo tienden a rimar.

Miedo, también lo sentí. Me estoy dando cuenta lo fácil que es perder noción estructural de la realidad, al menos a la que estamos acostumbrados. ¿Quién podría enseñarme más de ésto? ¿Hegel? De hecho, al revisar los archivos que almacené en mi Kindle, sentí que mi biblioteca carecía de psicoanálisis, sueños, misticismo psicológico. Lo más cercano que tenía, en mi lega opinión, era un libro sobre Lacan, pero creo que me hace falta entender más para explorar su pensamiento. Me desanimó un poco ya que recomencé a notar que mi pathos filosófico se reducía a un moderado grupo de contenido científico/analítico, con alguna docena de política y, recientemente, unos cuantos de poemas. En ese momento recordé que tenía un libro de Macedonio Fernandez, escritor que hasta el momento no tengo la más mínima idea de quién es, pero me atrajo el compendio de apuntes que produjeron bautizado como "Cuadernos de todo y nada" que el mismo Macedonio escribió "para uso personal". Peligro. Siento que me he perdido algún tipo de "ether" humano/humanista en mi imparable camino hacia la mortalidad y por éso me cuesta trabajo comprender mejor a las personas.

Me alegra llegar a estas conclusiones. Me llenan de asombro y curiosidad. Me hacen medir el movimiento sacádico de mis propios ojos. Y me hace sonreír, lo que sea que signifique este gesto. 


La vida es geométrica. 

Todos somos poliedros. 

Mis actos son una vidriera: 

de celestiales colores o de filosas roturas.