domingo, 2 de abril de 2023

He decidido que me convertiré en todo lo que he querido ser. 

No lo digo por soberbio, pero muchas veces ya me adelanté a las recomendaciones de otros. En este caso le pregunté si el teatro sería buena idea para fortalecer mis habilidades sociales a la psicóloga, y me respondió sorprendida, y que sí, que es una de las mejores opciones.

Al mismo tiempo estoy comenzando a salir más, en todo sentido, de mis precogniciones y dejarme ser de una manera simple. Simple es la clave—no tengo por qué pensar más allá del presente, del hecho de lo que esté aconteciendo en este instante, de lo que me gusta, necesito y lo que gustan y necesiten otros.

Me niego a ser la persona que fui porque ya muchísimo aprendí de ello—me reencuentro en páramos de novedad y de bienestar y trabajaré por lograrlo naturalizar. Por mí y por las personas que me quieren, y yo quiero, y por quien querré y me querrán a mí. Considero que teniendo el diagnóstico (el cual de cualquier forma se me hace muy ambiguo) puedo ser un tanto más comprendido y a la vez comprender a los demás.

Mi vida se vuelve constante poesía—me estoy sintiendo agusto.